
En la pequeña localidad canadiense de Cochrane, de apenas 5.000 habitantes, el ritual se repite desde hace dos años. En junio de 2004 el "Polar Bear Habitat" abrió sus puertas y se convirtió en el único lugar del planeta donde humanos y osos polares pueden darse un bañito cara a cara.

Por supuesto, la piscina interior está protegida por una mampara de seguridad de 9 centímetros de grosor, a pesar de lo cual no todos los adultos se atreven a bañarse.

Los tres enormes osos que habitan la piscina nadan a escasos centímetros de los niños con toda naturalidad, a veces se les ve juntar las narices contra el cristal, observándose con el máximo interés.
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