Ahora todo el mundo habla de Lola (The Kinks, 1970) y la campaña de marketing viral de Coca-Cola (tan descafeinada como la Coca-Cola sin cafeína). La marca de refrescos pide versiones de la canción, y lo que no muchos saben es que la primera versión se la pidió a los propios Kinks, y por vía judicial.
Resulta que la canción cuenta la historia de la relación entre Lola (que es un travesti) y un hombre en un bar, y mira por donde en la letra original aparece la palabra "Coca-Cola", cosa que no gustó mucho a la compañía por aquellos años. La empresa hizo la vida imposible al grupo (la BBC les vetó) hasta que estos cambiaron la letra y "Coca-Cola" pasó a ser "Cherry-Cola", quedando las copias de la versión original como rarezas de coleccionista.
38 años después Coca-Cola es un estandarte de modernidad y de buenas maneras y pide "tu versión de Lola"... supongo que no les importará que los Kinks les manden la suya, la original de 1970.
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