Hoy El País.es se hace eco de un suceso ocurrido el pasado 13 de diciembre. Michael Holmes, un paracaidista neozelandés de 25 años sufrió un percance al saltar desde un helicóptero a 3.600 metros de altura. Le fallaron los dos paracaídas, el principal y el de reserva, que sólo se abrieron parcialmente provocando una caída descontrolada. Al parecer el experto paracaidista consiguió reducir la velocidad de caída desde los 195 km/h a tan "sólo" 125 km/h, para finalmente chocar contra unos matorrales y sólo hacerse un esguince de tobillo. Todo el mundo ha comentado la suerte de este hombre, pero no deja de ser paradójico cómo un tío con tanta suerte y con tanta agua bajo sus pies termina estrellándose contra el suelo. El vídeo, cómo no, está en youtube, por ahora.
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